martes, 29 de noviembre de 2011

Buenas Nuevas por: @DameBrochant


Que mejor manera de inaugurar esta nueva sección: "Blog invitad@" que con: @DameBrochant. A esta bella Dama le llamo: Amiga del Alma. -Razón?- Cuando alguien escribe algo tan brillante sobre sentimientos y te identificas con ellos… es tu Amiga del Alma.

Su Bio: Living a passionate life! Love animals, running shoes, good wine, all arts, smart books, MUSIC & good coffee. Schizoblogger. The World fascinates me - AW

Aquí su participación:


Agradezco muchísimo a mi amigo @Slotadicto que me invito a escribir en su blog, a manera personal les digo quees de mis preferidos, y bueno, me imagino que de ustedes también si no no anduvieran por acá visitando.

Me puse a pensar en qué escribir, pero ya me conozco, cuando más lo pienso es cuando menos escribo así que decidí empezar a teclear y sabía que el tema me iba a venir a la cabeza.

Les cuento algo, aunque se los voy a contar a medias porque no quiero “salarlo”, una persona que yo quiero mucho, muchísimo, alguien de mi familia, nos anunció hace poco que ya se va a casar…podría empezar a escribir adjetivo tras adjetivo sobre lo maravillosos que son ambos (el novio y la novia) y su historia de amor y sobre cómo son perfectos el uno para el otro…pero de eso no se trata este post.

Pensando en este próximo matrimonio, y conociendo yo tanto a uno de los novios, me quedé pensando en las mañas…no sólo en las mañas, sino también los hábitos, las costumbres, nuestras pequeñas idiosincrasias y qué tan llevaderos somos… o no. “Quien te conoce te padece”…definitivo, con alguien que no sea de confianza ni se te ocurre sacar el cobre.

Yo me pongo a pensar, cuando llegue ese momento y si es que llega, cómo voy a explicar que soy un poco claustrofóbica, que no me gusta caminar abrazada, que cuando cocino no me gusta que se me acerquen, es más, no me gusta compartir la cocina. Que me gustan mucho los silencios, que no soporto que la gente haga ruidos con la boca, que muchas veces cuando estoy en la computadora no leo las conversaciones en línea porque sólo puedo tener abiertost res chats al mismo tiempo, sólo tres chats, nunca uno más…que no soporto la televisión prendida más de una hora al día…que en la habitación donde esté SIEMPRE hay música de fondo, que no me gusta que me digan “sí claro” y no me escuchen, que el jamón de puerco no es bienvenido en mi casa, que la leche debe ser deslactosada y que mis bolsas nunca van en el piso, y bueno la más importante de todas, NUNCA, nunca, nadie debe tocarme la nariz.

A lo anterior le debemos sumar nuestras conductas al exponernos con terceros, cuartos, quintos, o sea, al salir a la calle con la persona que nos eligió (y elegimos) como nuestra pareja. Si todo sale bien, o por lo menos hasta que la muerte nos separe, entonces me vería yo en la incómoda posición de explicar que no me gusta que me dejen el plato sucio sobre la mesa, que no me gusta sentarme en sillas que den la espalda a la entrada de un bar o restaurante, que los lugares que huelen mucho a comida - sí, aunque sean restaurantes - no me gustan tanto…que yo asumo que al yo dar buen servicio a mis clientes en la chamba, debo recibir lo mismo cuando compro algo, sin embargo muchas veces no es así, y yo nuuuunca me callo…recuerdo que un ex novio me dijo que yo era el típico “cliente incómodo”…y sí, luego también tengo que explicar que en los aviones me gusta salirme rápido porque si no me empieza a dar pánico…uff, nada más de escribirlo ya me agobié a mi misma.

Obviamente cuando decida – si es que los astros se alinean y lo decido – emprender un proyecto de vida con alguien sé que también me tocará lidiar y torear un sinnúmero de mañas igual de singulares que las mías.

Sin embargo las relaciones son así, nunca es uno y otro, es la combinación de los dos y así como mucha gente tiene la desafortunada característica de sacar lo peor de ti, existe la contraparte, quien saca lo mejor de ti y bueno, creo que si te encuentras en ese estado vale la pena conservarlo.

Por mientras yo le deseo toda la suerte, el amor, la pasión, la aventura, la tolerancia, la compasión y la fe a este par que tanto quiero…y ¿Para mí? Para mí espero que alguien me quiera lo suficiente como para no atreverse a tocarme la nariz.