viernes, 16 de marzo de 2012

Reflexiones: ¿y qué vamos hacer?


A Alejandra @alislive le gusta escribir y compartir escritos de mucha relevancia y profundidad de contenido.
Sus relatos son planteamientos y cuestionamientos sobre todos los temas que le apasionan, incluyendo los mas obscuros de nuestros días.





Su Bio: solo refleja la punta de la profundidad de pensamiento.
"En romance permanente con la ciencia … "
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Reflexiones: ¿y qué vamos hacer?

Es el mes de marzo del 2012 en la Ciudad de México y la temperatura ambiente ya oscila entre 24° y 28°C. Para el beneplácito de todos, la histeria colectiva en las calles por las compras decembrinas ya pasó y el aumento de la temperatura ambiente y los rayos de sol sobre la ciudad provocan un cambio de humor evidente en la gente.
En estas fechas son más comunes los rostros relajados y sonrientes, con excepción de los días en que la lluvia provoca el caos vial en la ciudad. En las calles la gente ya viste ropa más ligera, con colores más vivos y la coquetería entre los jóvenes empieza aflorar y a desquiciar a sus padres. ¡Si…! marzo podría considerarse como el primer mes pintoresco, cálido y alegre de la ciudad… salvo por un pequeño detalle: este es año de elecciones presidenciales.
A los citadinos les toca ver su ciudad invadida por la propaganda política en postes, avenidas, árboles, espectaculares, transporte público, en el cine, en los periódicos, en los parques, en la tienda de la esquina, en los restaurantes, en la casa de la vecina, en los semáforos, en los autos, en los puestos de tacos, en el puesto de flores… además de ser víctimas del tráfico y caos vial que los “eventos” propagandísticos de los acarreados provocan en las calles de la ciudad.
Así, en poco tiempo el brutal despilfarro de dinero en campañas políticas que en esencia no valen ni un centavo, pronto oscurecerán el alma de la ciudad y de los ciudadanos. Aquellos que en su mayoría solo pueden concebir como “futuro” la desesperanza, y otros pocos sienten que ser “militante o simpatizante de algún partido político” de algo sirve, pero ahora no encuentran la manera de defender a “sus endebles y vergonzosos candidatos”… hoy en día la frase más común entre los citadinos es: “¡de los tres no haces ni un tercio de uno!”
La ciudad aún carga con la resaca de las elecciones pasadas, que dejó como saldo un país dividido en dos bandos por una propaganda de odio y miedo así como por un fraude electoral: los de izquierda y los de derecha.
Hoy a casi 6 años y después de más de 40 mil muertos… ¿qué han aprendido los citadinos…? Tal vez que al final del sexenio TODOS perdieron, perdieron familiares, perdieron el trabajo, perdieron la tranquilidad, perdieron sus empresas, perdieron sus derechos, perdieron la confianza, perdieron libertad, perdieron la inocencia, perdieron la fe.
El cinismo y la desfachatez con que ahora los candidatos y funcionarios públicos hablan ante las audiencias, no hacen más que exacerbar la desconfianza de unos y la rabia de quienes durante el sexenio han perdido más aún. Tan grave es la decadencia política en México que nadie, absolutamente nadie cree en las propuestas de los candidatos, ni en sus palabras, ni en ellos, ni en los partidos políticos, ni en la fuerza pública, ni en las instituciones gubernamentales. Y por si fuera poco, ahora los ciudadanos se ven amenazados con un sinfín de “reformas” hechas para arropar y proteger a los partidos y a sus allegados.
Sin embargo, siempre existe algo positivo de entre el fango. Gracias a un gobierno incapaz de la más mínima organización y funcionalidad, los ciudadanos han aprendido a organizarse y colaborar para mejorar su vida y su entorno (al menos el inmediato). La falta de oportunidades ha impulsado la iniciativa de muchos, quienes luchando por subsistir han movilizado a la ciudad en otras direcciones.
Pero es tiempo de elecciones… y la organización de unos pocos ciudadanos no alcanza para revertir la disfuncionalidad de un país generada por la ambición desmedida de quienes quieren el poder sin importar, incluso la derrama de sangre.

Es tiempo de elecciones… ¿y qué… qué vamos hacer?
Por Alejandra Aguilar (@alislive)