miércoles, 7 de diciembre de 2011

"triste... muy triste... " por: @lilacm


Lila es la Única, la Original Chica Ye Ye. Sus ojos picaros y sonrisa son inigualables.

Me hice adicto a ella y su mundo Lila porque es encantadora. Es para mi como un Angelito en mi TL. Su sensibilidad y vivencias cautivan.






Su Bio: Me Rehusó a Vivir de Forma Ordinaria...Como Una Mujer Ordinaria... Pensando En Voz Escrita... #jocosa


Aquí su participación:


Pues no escribo como los demas... jejejeje lo mio es mas prosa poetica, pero espero que agrade... besos amigo del alma...


Hoy estoy triste o más triste, ya no distingo. Mi mano está metida en una tristeza de bolsillo o en un bolsillo-ratonera con trozo de queso y universo de cepos incluido. Ya no distingo. En esta ruidosa esquina, de servilletero, restos de migas como naufragios y cenicero, tan sola. Quiero que sepas que te he pensado por un momento. Ibas tú persiguiendo luces, en el insomnio, bajo la “lluvia y mi desorden era una canción de vinilo que aún resuena como los grillos en la noche. Como nueces crujiendo dentro de la boca, lo leíste, sólo tú lo leíste. Hear what I have to say. Hoy estoy triste, más triste. Escribo sobre una servilleta “Yo he sido” sin esperar saber qué, quién, mirando hacia el suelo cuando se trata de mí. Rostros difusos -dijiste- o algo así, sobre todo algo así. Voy. Ya voy llegando a contracorriente para perderme. No quiero que vengas. Ven, me digo ven. Y si contesto “voy” desapareces. Hoy estoy triste, muy triste. Soy la única persona que le habla a una hor-miga de pan en esta cafetería, y me responde: ¡Ay, mi tristeza!, mientras dibujo tu forma de caminar derramando un sobre de azúcar sobre la mesa. Hoy estoy triste, tan triste. Me sueno la nariz para que crean que tengo gripe, muerdo tu nombre como si ya no me doliera tanto eso de morder un nombre, como se mastica un pedazo de dulce que no existe. No me duele, no podría. Escucho al camarero que sólo habla de efímeros deseos, arquitecturas cotidianas de lo que queremos; un café, medio bocadillo, ¿algo más? Mucho más. Y a veces miro la puerta, cómo se cierra y se abre, ese momento en el que no se sabe exactamente lo que hace; si se cierra o se abre, para que entres o salgas de alguna parte. De dentro a fuera de aquí mismo o viceversa. Ya no distingo. Hoy estoy triste, realmente triste. El ruido de las sillas al arrastrarse, las risas; ese perfil de la felicidad que se las pone de antifaz para que florezcan, las luces como banderas colgando del techo en un día de fiesta, se celebra todo con la luz de nadie. La caja registradora haciéndole revolución a la crisis. Desde aquí, sobre una silla dura de hierro en la que me refugio, desde que el reloj que no uso es excesivamente lento, el tiempo excesivamente cotidiano, y la caligrafía inerme de la vida está excesivamente desgastada. Desde aquí, almacenes de cadáveres que se exponen nuevamente, luego apoyo mi cabeza en la ventana, con el sol que la rasga y ese reflejo que cree ser mi cara, esperando, entre señales de tráfico y transeúntes desorganizados, donde nadie se mira. Triste, muy triste. Desde aquí, cuando ausente me consumo en este humo en que me respiro y se hace posible que el espacio se disipe, la tarde se vuelva pequeña o nada, y vengas por ti, desde ti, en carne, en sueño o en fiebre para decirte quién soy. Como si fuera posible decirte quién soy

3 comentarios:

  1. Como si el alma ansiosa de definirse, pudiera explicarle y maravillar a alguien diciendo quién soy.


    Fantástico final...Honda es la tristeza!


    Saludos.

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  2. Totalmente de acuerdo con araceli, un maravilloso final, que te deja ese sabor de continuara... ?

    saludos

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